Situada en pleno golfo de Hauraki y cerca de la isla volcánica durmiente Rangitoto, a tan solo 35 min en ferri desde Auckland, se halla uno de los secretos mejor guardados de Auckland, un paraíso de calas secretas, playas preciosas, viñedos, alojamientos de lujo y espiritu bohemio. Es conocida como la isla del vino ya que tiene más de treinta bodegas y muchas de ellas tienen en el horizonte el perfil de la ciudad, una espectacular vista que no te puedes perder.
La isla la puedes explorar en bicicleta, en coche de alquiler, caminando por sus senderos o descubriendo las bodegas y sus respectivas catas de vino syrah o rosado en las bodegas Mudbrick o Cable Bay.
Se puede disfrutar del sol y de la playa, probar los productos locales o simplemente visitar las galerías de arte o talleres de artesanía local. Ya que la isla cuenta con una próspera comunidad artística compuesta por más de 100 artistas, dedicados a la escultura, el soplado de vidrio, la pintura y las tallas de madera.